martes, 16 de diciembre de 2008

EL MESIAS PROMETIDO

Isaias 9:1-7

1Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
2El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
3Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.
4Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.
6Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
EL MESÍAS PROMETIDO
Las naciones de la época veían y temían el incontenible avance de los poderosos imperios que se iban levantando uno sobre otro, dominando a las naciones con una crueldad aterradora. Toda opresión que se cernía sobre sus vidas, hacía que el pueblo necesitara de una esperanza que reafirmara que el Señor no los abandonaría y que una vez más los perdonaría en su arrepentimiento.
Tal era la profecía del Mesías; el niño que nacería traería una paz y alivio en medio de las tribulaciones. Desde el principio de la historia de Isrrael, se relacionó la dominación de su territorio como la consecuencia del pecado del pueblo y especialmente de sus gobernantes. El pecado ejerce esta misma dominación sobre las personas y quien no conoce el camino del Señor, asume la pesada carga de sus malas acciones.
El niño anunciado, el Mesías, el Libertador, El arrojaría al fuego las botas guerreras y toda la ropa teñida de sangre", la opresión y la carga del pecado. Su gobierno se extendería más allá de los límites de Judea, por tierras de los paganos y llamaría a su pueblo a vivir en obediencia a su Palabra bajo su omnipotente protección, en su incomparable amor y en su perfecta Paz. Este es el mensaje de la Navidad para toda la humanidad: ha venido un libertador a quitar la pesada carga del pecado.
Dios les continue bendiciendo.

3 comentarios:

Angel dijo...

Ese pasaje de La Biblia me gusta mucho.Siga hacia adelante hermana.

ABEL ADAN dijo...

Me encantan los blogs que hablen solo de Nuestro Señor Jesucristo.

La Espada De Dios dijo...

Jer 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

1Ti 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Heb 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Heb 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Pro 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.